La magia de Ecatlán, vive
en sus casas, en su gente, en sus jóvenes y en su forma totonaca de vivir y
ser. El Ecateco es fuerte como los muros infranqueables de su iglesia, símbolo de
fuerza, fe y fuente de vida.
Porque para el habitante
de Ecatlán Dios también es totonaco y
por tanto es muy Ecateco.
...un pueblo lleno de magia ...lo diré yo que lo conozco ...
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